Las riberas son las orillas de los ríos. Son una parte fundamental de los ecosistemas fluviales, pues la vegetación que las ocupa, la vegetación de ribera, cumple funciones fundamentales para el buen funcionamiento del río. Además, muchos animales encuentran cobijo en estos hábitats.

Hemos hablado ya de la diferencia en el cauce, el espacio que ocupa el río, entre los periodos en los que llueve poco (aguas bajas) y los de lluvias normales (crecidas ordinarias del cauce). Pero en ocasiones se producen precipitaciones intensas (unidas a veces al deshielo de la nieve de las zonas altas y, en los tramos finales, también la influencia de las mareas), los cauces de los ríos no pueden contener los caudales extraordinarios que se generan y los ríos se desbordan, produciendo inundaciones. Las inundaciones son fenómenos naturales que no pueden evitarse.

Las vegas fluviales o llanuras de inundación son los terrenos que ocupa el río cuando su caudal aumenta de forma extraordinaria y el río se desborda.

Las llanuras de inundación son una parte fundamental de los ecosistemas fluviales. Son terrenos formados por materiales muy permeables en los que, cuando el río lleva mucha agua y se desborda, el agua se infiltra y:

• Recarga los acuíferos, que ayudan a que el río siga llevando agua en épocas de sequía y también nos abastecen de agua para los diferentes usos (abastecimiento, industrial, agrícola…).
• Fertiliza los terrenos, al depositarse los sedimentos y nutrientes que contiene. Por eso las vegas fluviales son terrenos fértiles, muchas veces ocupados por cultivos.