La mayor parte del agua dulce de nuestro planeta es agua subterránea y no podemos verla, porque está oculta bajo nuestros pies. Pero… ¿cómo ha llegado hasta ahí?

Cuando llueve sobre la superficie de la Tierra el terreno comienza a absorber agua, como una esponja, por los poros o fracturas del terreno.

El agua pasa por las distintas capas del suelo, si es permeable, y de forma muy lenta, hasta que llega a una capa impermeable, que no puede atravesar. Cuando se acumula agua en una capa de mucho espesor decimos que se ha formado un acuífero.

Este viaje del agua desde que se infiltra en el suelo hasta que llega al acuífero es muy lento. ¡Pueden pasar semanas, meses e incluso años!

El agua subterránea sigue viajando a través del suelo y permite que se formen nuestros ríos, lagos y arroyos, que desembocan en el mar, o llega directamente al mar.

¿Quieres saber cómo el agua subterránea permite que se formen los ríos? Descúbrelo aquí.